miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cien años de perdón para Rooney

Taylor le acaricia la pierna a Da Silva
Por Halftown
Durante el Anderlecht-Standard de la última jornada de la liga belga, el defensa polaco Marcin Wasilewski se lanzó al suelo para despejar un balón dividido, y el belga Witsel le dejó los tacos huecograbados sobre la pierna. Resultado: fractura abierta de tibia y peroné, las imágenes en portada de los principales medios belgas y millones de visitas en YouTube.

Al conocerse la sanción establecida para Witsel, de dos meses y medio sin jugar, se ha reabierto el eterno debate acerca del castigo que merece el infractor. Lo más lógico parece que Witsel pasase tanto tiempo en la nevera como Wasilewski tarde en volver a jugar. Aunque también es cierto que, por esa regla de tres, Figo habría acabado su carrera mucho antes, el día que lesionó al defensa del Zaragoza César Jiménez, allá en enero de 2005.

Y qué decir de los responsables de las lesiones de Luc Nilis, Djibril Cissé, Juninho Paulista o Eduardo da Silva. Todos los años el fútbol nos deja alguna imagen de una lesión escalofriante: una rodilla doblada noventa grados hacia adelante, un tobillo del que cuelga a duras penas una bota negra, el hueso astillado de un peroné que atraviesa una media, e invariablemente, un jugador retorciéndose de dolor sobre el césped.

Piscinazos y piscinazos

Precisamente el delantero del Arsenal Eduardo, que el año pasado se lo pasó en blanco después de que el defensa del Birmingham Taylor le destrozase la pierna izquierda, ha sido el protagonista de una de las historias bizarras de la semana. La UEFA, en su arbitrariedad infinita, le ha sancionado con dos partidos por un piscinazo en el Arsenal-Celtic de la previa, que de hecho el árbitro marcó como penalti y que acabó en gol del mismo delantero croata.

Unos días más tarde, el mismo Arsenal de Eduardo se enfrentaba al United en Old Trafford. Las cosas iban bien para los chicos de Wenger, ganaban 0-1 en el minuto 59, cuando un pase en profundidad en el área de Almunia acaba con Rooney dejándose caer y el árbitro marcando el correspondiente penalty. Parece que se confirma el adagio de que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón, porque no ha habido sanción alguna para Rooney. Y para colmo es reincidente: hace unos años ya había fingido con éxito contra los gunners (ambos piscinazos están disponibles al buscar “rooney arsenal penalty” en YouTube).

Desaparecidos del mapa Tévez y Cristiano, da la sensación de que Wayne se va a pasar el año a lo Juan Palomo. No es el jugador más rápido del equipo, no va especialmente bien por arriba y tampoco tiene un gran regate, y sin embargo ahí sigue, año tras año tirando del carro. Se ha convertido en el jugador franquicia inglés, titular indiscutible en el mediocre equipo nacional, se afeita la cabeza en la penúltima campaña de Nike e incluso lleva cinco años consecutivos en la portada de la versión británica del FIFA. Quizá sea por eso que los árbitros cada día son más condescendientes con él.

Un momento, ¿esta historia no la hemos vivido antes en España?

1 comentario:

  1. Rooney = Raul.

    Para lo bueno y para lo malo. A los 27/28, bajonazo de rendimiento por exceso de minutos.

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