jueves, 19 de mayo de 2011

El último gol de Ronaldo

Por snedecor
Hará cosa de un par de semanas mantenía un breve intercambio twittero con Miquel Moro (@unoodostoques) a raíz de un tweet (qué sería de nosotros sin el dichoso pajarillo) del conocido ex-internacional estadounidense Alexi Lalas, que se metió en un jardín al anunciar la contratación de su antiguo compañero Tab Ramos como nuevo seleccionador sub’20 de USA. Miquel me vino a decir que Lalas era claro candidato al “premio al ex-jugador mejor colocado tras colgar las botas” (el pintoresco defensa ha sido comentarista, director deportivo y hasta cantante, todo ello sin demasiado éxito popular pero sí económico), pero que Ronaldo Luis Nazario de Lima iba camino de adelantarlo por la derecha. Y una vez más, no puedo hacer otra cosa que darle la razón.

Haciendo el chiste fácil, Ronaldo no tiene un pelo de tonto, aunque durante un tiempo se peinara como un idiota. Porque si algo no se le puede negar al mito brasileño es su inteligencia, al menos en todo lo relacionado con el fútbol. En el campo (sobre todo en su última etapa) dosificaba sus esfuerzos al máximo, veía como nadie los desmarques y sabía encontrar los huecos más diminutos para colar sus disparos; y ahora sabemos que a lo largo de su carrera también aprendió dónde estaba el verdadero negocio del balompié.

Así que nada más anunciar entre lágrimas su retirada de las canchas, Ronaldo cambió la camiseta y las botas por el traje y la corbata y fichó (otra vez) por el equipo ganador: el de los representantes. Y acostumbrado como estaba a pertenecer a los clubes más importantes del planeta, Ronaldo no podía empezar en una modesta agencia de intermediación: ha creado una nueva compañía a medias con el grupo británico WPP, el mayor grupo de publicidad del mundo.

Con el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos a la vista, en Brasil el sector del marketing deportivo está creciendo incluso por encima del PIB del país. Y eso es mucho dinero esperando para ser recolectado. WPP y Ronaldo han visto el filón y se reparten el 90% de 9ine Sports & Entertainment, que así se llama el nuevo despacho.

El 10% restante de la joint-venture pertenece a Marcos Buaiz, amigo personal de O Fenômeno y empresario de postín del mundo del espectáculo brasileiro (de ahí la relación, supongo), que ejerce como director general de una agencia con los objetivos muy claros: pocos representados pero de mucho nivel, y una altísima calidad en el servicio. Según sus fundadores, 9ine no se dedicará a negociar con los clubes para cerrar traspasos, sino que ofrecerá a sus clientes un asesoramiento de primera en cuestiones de marketing, publicidad y relaciones públicas. Se presenta por tanto como un gabinete exclusivo especializado en imagen y comunicación que permitirá a los deportistas maximizar sus ingresos por publicidad y patrocinios, aprovechando las oportunidades que presenta ahora del mercado brasileño pero con una visión global y de futuro. A lo grande, como se deben hacer estas cosas.

Veteranos y noveles: todo por la pasta

Así que 9ine será una “simple” consultoría de marketing. Todo aparentemente muy limpio y alejado de las tinieblas que suelen envolver a los representantes de jugadores… quizás porque al conocido agente Wagner Ribeiro le ha faltado tiempo para asociarse con 9ine para que maneje comercialmente a sus representados. Gracias a la buena predisposición de Ribeiro, Ronaldo ya le ha echado el guante a varias de las mayores promesas de la canarinha, que presumiblemente serán estrellas (futbolísticas y comerciales) en la cita mundialista de 2014. Neymar y Lucas ya están en su cartera, y parece que próximamente podrían anunciar la incorporación de Paulo Henrique Ganso, con el que completarían el trío de ases del mercado brasileño.

Otros insignes deportistas del país, como el astro del fútbol sala Falcao o el luchador Anderson Silva (todos ellos hombres de Ribeiro) también han confiado en la agencia 9ine, que con apenas 3 meses de vida ya se ha convertido en una de las más importantes del sector a nivel mundial.

De momento, Ronaldo se limita a poner la cara (y el cazo) e ir aprendiendo poco a poco las interioridades del negocio. Pero no hay duda de que tiene experiencia de sobra para dar unas cuantas lecciones sobre la gestión de los escándalos de la vida privada, y tal vez por eso no sea casualidad que el primer trabajo de 9ine para Neymar haya sido recomendarle que reconociera la paternidad del hijo que espera de una joven adolescente, para que intente mostrar una pizca de responsabilidad en su hasta ahora algo alocada carrera.

La próxima tarea será facilitarle un listado de patrocinadores ansiosos por asociar su marca al chaval del Santos, parte de cuyo pase es propiedad de un fondo de inversión montado por una cadena de supermercados (cosas más raras se ven el pujante fútbol brasileño), pero de eso seguro que sí se ocuparán los expertos en marketing. También parece que está intentando convencer a su amigo Seedorf para que pase su retiro dorado en el Corinthians.

El que ya está en el club de Sao Paulo gracias a las buenas relaciones de Ronaldo con sus directivos es el Emperador Adriano Leite, en un movimiento que ya ha servido para que surjan los rumores sobre la verdadera actividad de o Fenômeno. Porque 9ine no ha intervenido oficialmente en el traspaso pero uno de sus principales accionistas sí, y las fronteras entre agencia de marketing y agencia de representación comienzan ya a difuminarse.

Mientras tanto, Ronaldo podrá ir haciendo sus pinitos en el mundo del espectáculo, como Lalas, pero a otro nivel: parece que será el villano en la próxima película de Andy García. Así que sí, yo también creo que ese premio al ex-futbolista mejor colocado tras colgar las botas se lo acabará llevando él. Pero siempre con permiso de Pelé, claro.

miércoles, 11 de mayo de 2011

MLS: liga rica, liga pobre

Por snedecor
Esta semana el sindicato de jugadores de la Major League Soccer publicó el listado con los sueldos de los futbolistas que militan en la cada vez más conocida liga norteamericana. Uno no se acaba de imaginar a sus homólogos de la AFE haciendo lo mismo, pero la MLS Players Union lleva revelando esta información tan sensible desde 2007, con el objetivo de aumentar la transparencia del soccer y también, por qué no decirlo, de conseguir una repercusión que les permita negociar con más fuerza los sucesivos convenios colectivos por los que se rige su relación con la peculiar liga estadounidense.

Desde que en 2007 David Beckham decidió cambiar la contaminación madrileña por el sol californiano, en Europa tenemos la idea de que la MLS es una liga rica, dispuesta a pagar grandes cantidades a futbolistas desconocidos o prácticamente acabados. Y aunque en parte es verdad, la realidad es que el grueso de sus jugadores no son precisamente millonarios. Hasta 518 nombres aparecen en los listados del sindicato, y de ellos sólo 7 perciben sueldos de un millón o más de dólares anuales.

El Spice Boy lidera el ranking con un salario anual garantizado de 6’5 millones, a los que hay que sumar bonus por rendimiento (de aquí no habrá sacado mucha tajada el inglés) y derechos de imagen (este sí parece ser otro pico importante). Por detrás de él están las otras dos viejas glorias que han aterrizado en la MLS para pegar el último pelotazo (en todos los sentidos) de sus carreras: Thierry Henry y Rafa Márquez obtienen de los Red Bulls de Nueva York 5’6 y 4 millones respectivamente (más los pluses correspondientes), y además pueden viajar en metro por la Gran Manzana sin temor a ser rodeados por una masa enfervorizada de aficionados. Así da gusto.

Los otros 4 millonarios de la Liga tampoco tienen demasiadas quejas, salvo quizás Landon Donovan, que gana 2’3 millones de sueldo base, algo que en relación precio-rendimiento supone una sangrante diferencia con respecto a su compañero, que no amigo, Sir David Beckham. En los Galaxy se encuentra también el jugador que cierra el listado de las siete cifras, el colombiano Juan Pablo Ángel, que se conforma con su milloncito raspado de dólares al año. El canadiense Julián De Guzmán, que pasó sin pena ni gloria por el Deportivo de La Coruña, seguro que aceptó a regañadientes los 1’9 millones que le ofreció Toronto, un equipo con aspiraciones pero con más estrellas en los despachos que en la cancha (su entrenador es Aaron Winter y cuentan con Jürgen Klinsmann como asesor deportivo), por volver a casa.

Mención especial hay que hacer al otro millonario de la lista: Nery Castillo, todo un especialista en sablazos. Tras pasar por Olympiacos, Shakhtar Donetsk y Manchester City, el delantero mexico-uruguayo-griego-italiano recaló a préstamo en los Chicago Fire el año pasado. En la Ciudad del Viento apenas disputó, como viene siendo su costumbre, un puñado de partidos, pero eso no le impidió llevarse sus más de 2 millones de dólares. Este año, aunque ya no está en la plantilla, su sueldo sigue figurando en las cuentas de la franquicia, cuyos directivos seguramente se estarán acordando del día en que se tragaron el anzuelo del representante de turno.

La mitad del mínimo en la Segunda española

Pero como decía, estas son las excepciones. La MLS lleva una estricta política financiera y, debido al límite salarial establecido, sus franquicias sólo pueden pagar millonadas a un número determinado de jugadores: concretamente, sólo 3 por equipo pueden pasar de los 400.000 dólares anuales. Y como toda cifra que supere ese límite debe ser abonada íntegramente por la franquicia (el resto de sueldos están garantizados por la Liga y se pagan de un fondo común), y no todas tienen la misma capacidad para generar ingresos, la mayoría de franquicias prefieren mantenerse en un discreto segundo plano en materia salarial.

Así, el MVP de la pasada campaña, el colombiano David Ferreira, gana 600.000 dólares en Dallas, y las principales estrellas de Real Salt Lake, con toda seguridad el mejor equipo actualmente de la competición, se mueven en cifras que van de los 200.000 a los 400.000 dólares. En total, de las 54 plazas que la Liga concede para esos jugadores de sueldo alto, sólo se han cubierto 16. Es decir, que el 97% de los jugadores que militan en la MLS gana menos de 400.000 dólares. Pero la cosa no queda ahí: aproximadamente, un 60% cobra menos de 100.000 dólares anuales (unos 70.000 euros al cambio).

Tiremos todavía más para abajo, y comparemos. El actual convenio colectivo vigente en España para los futbolistas profesionales establece para este año un sueldo mínimo de 120.000 euros para los futbolistas de Primera División y de 60.000 euros para los de Segunda. En la MLS, tras la tensa negociación del año pasado (la liga estuvo a punto de no comenzar), el salario mínimo es de 42.000 dólares (unos 29.000 euros). En el escalón del salario base están por ejemplo los temporeros Kevin Guppy y Chris Konopka, dos porteros a sueldo de la MLS que están disponibles para cualquier equipo que pudiera necesitarlos en caso de urgencia (cosas de los americanos), pero también muchos más jugadores, concretamente otros 70. E incluso así, hay otro 10% de profesionales (los más jóvenes) que percibe incluso menos dinero, en virtud de distintos acuerdos particulares con patrocinadores que cubren la diferencia hasta el salario mínimo.

Así que en total, casi una cuarta parte de los futbolistas profesionales de la principal liga de Estados Unidos, esa que nos parece tan rica, cobra la mitad que el que menos se lleva en la Segunda española. Pero es que hasta la firma de ese nuevo convenio, al cambio, los jugadores de los equipos reserva no llegaban ni siquiera a la categoría de mileuristas. Eso sí, en Estados Unidos, al menos, cobran al día.