miércoles, 11 de noviembre de 2009

This was Anfield


Por Halftown
Resulta curioso el contraste de filosofías que históricamente han tenido dos clubes de más o menos el mismo nivel deportivo y económico como el Arsenal y el Liverpool. Esta semana, sin ir más lejos, las diferencias se han vuelto a poner en evidencia cuando los gunners han presentado The Spirit of Highbury, una foto mural que aspira a ser la imagen de un equipo de fútbol más grande del mundo.

Desarrollada por la agencia que trabaja para Nike, la sensacional Wieden + Kennedy, y el historiador Fred Ollier, que se han pasado los últimos cuatro años –concretamente desde que el Arsenal cambió el clásico estadio de Highbury por el moderno Emirates Stadium- recolectando fotografías de los 482 cañoneros que patearon el balón sobre el césped del mítico estadio entre 1913 y 2006. Al final les han faltado cuatro jugadores (Tom Maxwell, William Maycock, James Caldwell y Fred Jones), pero aún así el trabajo ha sido monstruoso.

Independientemente del cabreo que se han agarrado en Villa Park, donde el pasado invierno prepararon un panel de 3x25 metros con fotos de 1500 aficionados, "The Spirit of Highbury" luce ahora, como se ve en el vídeo, sobre un panel situado en el exterior del nuevo estadio de los Emirates.

Aunque la web oficial del club dice que es un homenaje a los viejos tiempos, parece más un símbolo del triunfo de los petrodólares sobre el foot-ball. El verdadero Espíritu de Highbury, el intangible, se vendió por 100 millones de libras a pagar en 15 años, y de regalo, los árabes se llevan el patrocinio de la camiseta gunner.

Fin a las tradiciones

Por su parte, el Liverpool siempre ha sido un club muy respetuoso con sus tradiciones, aunque en los últimos tiempos parece que la cosa empieza a cambiar. Desde su llegada en 2007, sus dos dueños americanos, Tom Hicks y George Gillett, han querido construir un nuevo estadio para jubilar al vetusto Anfield, construido en 1884, mucho antes que el ahora difunto Highbury.

Lastrados por las deudas del club, Hicks y Gillett han decidido echar mano de ideas ajenas para planear la venta del nombre de su nuevo estadio a cambio de, según sus cálculos, 250 millones de libras. Esto les permitiría superar el récord que ostentan los New York Mets, que reciben el equivalente a 12 millones de libras a lo largo de dos décadas, y de paso zanjar de un plumazo el 50% del coste de la construcción del nuevo recinto.

Suena un poco a broma que un club como el Liverpool aspire a sacar 250 millones por vender el Espíritu de Anfield, su casa. También sonaba a broma lo de cambiar el logo de sus camisetas de la danesa Carlsberg a Standard Chartered y no solamente Hicks y Gillett lo consiguieron, sino que ingresarán 20 kilos por temporada hasta 2014, a la par con el United y 1,7 kilos por encima de los chicos de Florentino.

Lo que impide que el fútbol sea como cualquier otro negocio –acaso lo que le hace tan grande- es que, pese de la lluvia de millones y a los delirios de grandeza, en The Kop las únicas cuentas que conocen son los 19 puntos sobre 36 posibles que llevan en la Premier y el milagro que necesitan para no verse luchando por la Europa League después de Navidad.

1 comentario:

  1. Me da pena que el LIverpool esté mal esta temporada, pero NO SOPORTO que cambien de estadio. A donde piensan irse? Que locura, por Dios y habiendo estado allí nosotros!!

    ResponderEliminar