
Esta semana el sindicato de jugadores de la Major League Soccer publicó el listado con los sueldos de los futbolistas que militan en la cada vez más conocida liga norteamericana. Uno no se acaba de imaginar a sus homólogos de la AFE haciendo lo mismo, pero la MLS Players Union lleva revelando esta información tan sensible desde 2007, con el objetivo de aumentar la transparencia del soccer y también, por qué no decirlo, de conseguir una repercusión que les permita negociar con más fuerza los sucesivos convenios colectivos por los que se rige su relación con la peculiar liga estadounidense.
Desde que en 2007 David Beckham decidió cambiar la contaminación madrileña por el sol californiano, en Europa tenemos la idea de que la MLS es una liga rica, dispuesta a pagar grandes cantidades a futbolistas desconocidos o prácticamente acabados. Y aunque en parte es verdad, la realidad es que el grueso de sus jugadores no son precisamente millonarios. Hasta 518 nombres aparecen en los listados del sindicato, y de ellos sólo 7 perciben sueldos de un millón o más de dólares anuales.

Los otros 4 millonarios de la Liga tampoco tienen demasiadas quejas, salvo quizás Landon Donovan, que gana 2’3 millones de sueldo base, algo que en relación precio-rendimiento supone una sangrante diferencia con respecto a su compañero, que no amigo, Sir David Beckham. En los Galaxy se encuentra también el jugador que cierra el listado de las siete cifras, el colombiano Juan Pablo Ángel, que se conforma con su milloncito raspado de dólares al año. El canadiense Julián De Guzmán, que pasó sin pena ni gloria por el Deportivo de La Coruña, seguro que aceptó a regañadientes los 1’9 millones que le ofreció Toronto, un equipo con aspiraciones pero con más estrellas en los despachos que en la cancha (su entrenador es Aaron Winter y cuentan con Jürgen Klinsmann como asesor deportivo), por volver a casa.

La mitad del mínimo en la Segunda española
Pero como decía, estas son las excepciones. La MLS lleva una estricta política financiera y, debido al límite salarial establecido, sus franquicias sólo pueden pagar millonadas a un número determinado de jugadores: concretamente, sólo 3 por equipo pueden pasar de los 400.000 dólares anuales. Y como toda cifra que supere ese límite debe ser abonada íntegramente por la franquicia (el resto de sueldos están garantizados por la Liga y se pagan de un fondo común), y no todas tienen la misma capacidad para generar ingresos, la mayoría de franquicias prefieren mantenerse en un discreto segundo plano en materia salarial.
Así, el MVP de la pasada campaña, el colombiano David Ferreira, gana 600.000 dólares en Dallas, y las principales estrellas de Real Salt Lake, con toda seguridad el mejor equipo actualmente de la competición, se mueven en cifras que van de los 200.000 a los 400.000 dólares. En total, de las 54 plazas que la Liga concede para esos jugadores de sueldo alto, sólo se han cubierto 16. Es decir, que el 97% de los jugadores que militan en la MLS gana menos de 400.000 dólares. Pero la cosa no queda ahí: aproximadamente, un 60% cobra menos de 100.000 dólares anuales (unos 70.000 euros al cambio).

Así que en total, casi una cuarta parte de los futbolistas profesionales de la principal liga de Estados Unidos, esa que nos parece tan rica, cobra la mitad que el que menos se lleva en la Segunda española. Pero es que hasta la firma de ese nuevo convenio, al cambio, los jugadores de los equipos reserva no llegaban ni siquiera a la categoría de mileuristas. Eso sí, en Estados Unidos, al menos, cobran al día. Tweet
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