lunes, 18 de mayo de 2009

Loach y Cantona sí entienden de fútbol


Por Nick Panzeri

Cuando el Palais des Festival de Cannes se puso ayer de pie para ovacinar Looking for Eric (Ken Loach), no sólo premiaba una película. En realidad el cine se estaba quitando un peso de encima por años de agresiones al fútbol, un deporte con el que ha sido incapaz de intimar.

Apenas un puñado de películas ha conseguido trasladar medianamente la emoción de eso 90 minutos sobre la hierba a la gran pantalla. Además, en los pocos casos que fútbol y cine se han relacionado con éxito, ese deporte apenas pasaba de ser una mera anécdota.

La siempre recurrente Evasión o victoria (John Huston, 1981) es la única excepción digna. Un buen entretenimiento que, sin embargo, pierde toda su credibilidad si el espectador futbolero pone la lupa en los demenciales movimientos bajo los palos de Stallone.

Carlos Marañón hizo en Fútbol y cine el más profundo estudio sobre ambas disciplinas. Para él, Kes (también de Ken Loach, 1969), Evasión o victoria y Campeones, cortometraje español de Antonio Conesa (1997), son las únicas que merecen la puntuación máxima.

Según la crítica, Looking for Eric entra directamente en este podio. Dice Boyero que Loach triunfa porque habla de lo que mejor sabe: de las clases bajas y su solidaridad. "El fútbol sirve para expresar sentimientos. Además, me interesa el sentido de equipo relacionado con la idea de comunidad", comentaba ayer el propio Loach.

Curiosamente también fue en Cannes donde en el último festival se estrenó el documental que Kusturica hizo de Maradona. Y por la Croissette ha paseado como una estrella del celuloide Cantona, cuya frase "I'm not a man, I am Cantona" ya es la mejor de la ecuación séptimo arte-fútbol. Según el jugador, Ken Loach es como Alex Ferguson "porque ambos saca lo mejor de sus actores o futbolistas y porque ambos siguen buscando nuevas ambiciones con el paso de los años".

Sin embargo, la buena acogida de público y crítica no asegura ningún galardón en el palmarés del festival. Más bien lo hace incompatible. Si no hay suerte, el fútbol siempre podrá recordar su único Oscar: el que conquistó Garci con Volver a empezar, en la que aparecen imágenes de un Sporting-Atlético de Madrid en un Molinón todavía en obras para llegar a tiempo al Mundial del 82.

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