viernes, 24 de abril de 2009

El logo malo de un centenario anestesiado

Por Halftown
«Queríamos incidir en dos ideas: celebración y futuro. Hemos buscado un logo con dinamismo y versatilidad que sea fácil de aplicar y distinguir». Con esas palabras, José Luis y Fernando Lanzagorta, creadores del logo que celebra los cien años de la fundación de la Real Sociedad, describían su feliz parto el pasado diciembre.

No contentos con eso, proseguían: "La imagen del centenario juega con las minúsculas para alejar el nombre del club de la realeza y hacerlo más nuestro. La tipografía elegida es dinámica y recuerda las formas del balón".

Más allá de lo ridículo que suele resultar el verbalizar la creatividad –con lo fácil que sería decir "lo hicimos así porque somos diseñadores y nos parecía bien"–, el caso es que el logosímbolo (unión del logotipo, el texto, con el símbolo, el icono) en cuestión es rematadamente malo.

Obviamente, cada uno es dueño de su juicio y, mientras algunos ensalzarán la simplicidad de las formas, otros dirán que parece una mano haciendo cuernos. Lo cierto es que un logo tiene que ser, ante todo, original. Y en el caso que nos ocupa, tenemos cuatro rayas, igual que cuatro rayas (oblicuas, eso sí) tenía el de los cien años del Real Madrid en 2002, y cuatro rayas formaban el muñeco que hacía de icono del centenario de los vecinos bilbaínos.

Terrible color

La tipografía elegida, prima hermana de la Arial de toda la vida, no parece guardar, contrariamente a lo que afirman los creadores del invento, ninguna relación con las formas del balón, y para colmo va en un terrible color degradado a partir del azul original, en un punto indeterminado entre el morado, el celeste y el gris.

Da un poco de lástima que un club como la Real, un clásico de la primera división con dos ligas en su palmarés, viva su centenario en el peor momento de su historia moderna, anestesiada en la zona de nadie de la Segunda, y sin prácticamente posibilidad de ascenso. La blanquiazul que vistieron jugadores como Zamora, López Ufarte, Arconada, Aldridge, Kodro, Xabi Alonso o Karpin ahora se arrastra como alma en pena, de la mano de Juanma Lillo (apodado por algunos Juan Malillo), de Ipurúa a Castalia, de Chapín a Mendizorroza.

El logo del centenario del club, que debería tener regusto a tardes en el viejo Atotxa, a centros de De Pedro, a goles de Satrústegui, a la grandeza de la historia txuri-urdin, se convierte así en una desafortunada metáfora gráfica de la mediocridad en que se encuentra sumida la Real Sociedad.

2 comentarios:

  1. Dices bien, Juan Malillo es uno de las mayores mentiras de los banquillos españoles. Mucho verbo, mucho que si Guardiola le subió a los altares, mucha hojarasca y arabesco en el hablar pero equipo que pilla equipo que defenestra... Cuánto daño ha hecho a las aficiones que los entrenadores lean literatura. A entrenar y correr, joder, atajo de intelectuales de mierda!!

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  2. Anónimo, hatajo se escribe con hache

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