miércoles, 8 de abril de 2009

Unidos por un puñado de dólares

Por Halftown
A principios de 2006, el multimillonario americano Malcom Glazer se hacía con el control del Manchester United. Pocos meses después, mientras un grupo de fans contrariados con su llegada creaban el FC United de Manchester, Glazer firmaba el mayor acuerdo de patrocinio de un club de fútbol en toda la historia: 56 millones de libras (el equivalente entonces a 98 millones de euros) por estampar en las camisetas rojas del United durante cuatro años un logo simplón, compuesto por tres mayúsculas blancas con tipografía serif: AIG.

17 ligas, 11 FA cups, 11 Charity Shields, 3 copas de la liga, 3 copas de Europa, una Recopa, una supercopa y una intercontinental. Cuatro balones de oro llamados Dennis Law, Bobby Charlton, George Best y Cristiano Ronaldo. Un estadio centenario que cada sábado vende todas y cada una de sus 76.000 butacas. 75 millones de aficionados en todo el mundo y un estudio de Brand Finance que en 2005 estimó el valor de su marca en 197 millones de libras. El ManU es una potencia deportiva planetaria.

Sin embargo, cuando está a punto de cumplirse el tercer aniversario del histórico acuerdo de patrocinio, el American International Group, Inc. se ha convertido en el estandarte de la marejada financiera que atraviesa el mundo. El AIG de 2009 se mantiene a flote gracias al dinero inyectado por el gobierno norteamericano.

Para detener la hemorragia de la sociedad, una de las primeras medidas que se reclaman desde el otro lado del Atlántico es dar carpetazo al patrocinio del United. Algunas fuentes hablan de un acuerdo de indemnización de 28 millones de dólares a cambio de concluir la vinculación un año antes de lo inicialmente previsto, en junio de 2009.

La empresa tramposa

A primera vista, parece un buen negocio para el ManU. Y, sin embargo, la pregunta aquí es ¿cuál es el precio de la camiseta de los red devils aquí y ahora? A falta de tres meses para el final de la temporada, el Manchester United va en cabeza de la Premier League más emocionante de los últimos años, con su eterno rival, el Liverpool, a tan sólo un punto. Además, está en semifinales de la FA Cup y parece tener garantizado el pase a semifinales de la Champions League.

En el mejor de los casos, el campeonato inglés podría decidirse en el último partido, y el United podría plantarse en dos finales, una de las cuales es la competición de clubes de fútbol más importante del mundo. Millones de personas pendientes de los chicos de Ferguson. Y todo ello, llevando junto a su escudo, cerca del corazón, el logotipo de una empresa tramposa.

¿Cuánto daño puede hacer a la imagen del Manchester United el seguirse asociando a la fraudulenta AIG? Sólo en EE. UU., un mercado en el que los ingleses han mostrado interés a tenor de sus giras promocionales en las últimas temporadas, el impacto está ya siendo enorme. Si los cuatro millones de fans que el United dice tener en los Estados Unidos comprasen la camiseta oficial Nike (PVP 99,99 dólares), el club ingresaría una cantidad bastante superior a los 28 millones de dólares de su patrocinador actual. Sin embargo, ¿cuántos fans norteamericanos querrán llevar ahora el logo de AIG en el pecho?

El caso del United debería hacer reflexionar al resto de clubes sobre sus políticas de asociación con marcas comerciales. ¿Es el dinero el único criterio a considerar a la hora de elegir un patrocinador? Ahora ya sabemos la respuesta: el mayor contrato de patrocinio de la historia del fútbol se ha convertido en una maldición. Si dejar de ingresar 28 millones de dólares es el precio de limpiar su camiseta, el precio de su libertad, el Manchester United no debería tener dudas sobre cuál es la decisión más inteligente a tomar.

1 comentario:

  1. Compañero, estoy de acuerdo contigo en que el dinero no puede ser la única variable a tener en cuenta por parte de los clubes a la hora de elegir sus patrocinadores. Aunque lo agradezca su cuenta de resultados.

    Partiendo de la base de que los clubes son marcas, la transfeencia de valores es mutua entre patrocinado y patrocinador, con lo que eso conlleva a la hora de formar la imagen de ambos. Es decir, debe existir coherencia entre los objetivos de comunicación de la entidad y lo que le aporta la marca a la que se asocian.

    Pero como "a toro pasado todos somos Manolete", lo difícil para un club es conocer a priori si una marca, cuyo logo está presente en millones de camisetas en todo el mundo, le va a traer o no problemas.

    Sinceramente creo que nadie escapa a este riesgo. Danone tiene problemas con una partida de sus yogures y envenena a varios niños, Mercedes saca un nuevo modelo de coche con el que, por un error mecánico, se producen graves accidentes, o Ferrovial manda al paro a la mitad de sus trabajadores, con condiciones abusivas.

    Todos sabemos que nadie se salva de sufrir una crisis.

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